Qué bonitos los techos abuhardillados

Sí, sí, muy bonitos, pero ayer cuando me metí en la cama situada justo debajo de la ventana y noté un tacto áspero y desconocido en mi pompis no me lo pareció tanto. Ante la angustia y el desconcierto encendí la luz de la mesilla de noche y cuál fue mi sorpresa al verme rodeada de auténtica caca de pájaro. Por suerte, seca. Llevo todo el día preguntándome qué especie de pajarraco habrá podido descargar semejante material, puesto que aparte de la cama también manchó la ventana, que para mi desgracia olvidé cerrar. Yo creo que tiene que ser un ejemplar de esa especie de dinosaurio volador que de algún modo ha sobrevivido al paso del tiempo, porque de verdad que la descarga es monumental. En fin, a cambiar las sábanas con los ojos medio pegados ya por el cansancio. Creí conciliar el sueño cuando algo que recorría mi pierna y me producía cosquilleos me desveló. No era nada, una pequeña arañilla, de vez en cuando caen sobre mí mientras duermo desde la ventana de mi habitación abuhardillada. Dos sacudidas para echarla de la cama y media vuelta. Al cabo de un rato, un sonido más que familiar: Lucas. Lucas es un ser de una especie que no consigo identificar pero que vive en el tejado o en el falso techo desde hace algún tiempo. Sus pasitos son cortos pero rápidos, justo por encima de mi cabeza, y definitivamente es un cuadrúpedo, por lo que si tuviera que jugarme algo diría que es un ratón, pero como me dan pánico prefiero pensar que es algún tipo de ser inteligente desconocido por los humanos. Empezaron las paranoias: mira que si se abre el techo y se me cae encima el bicho, ay que si se cae por la ventana y me muerde, mira que si me despierto y me lo encuentro al lado... En fin, que mejor cerrar la ventana. Un calor de la muerte es lo que he pasado.

Más de uno pensará: "Con lo bonito que es ver las estrellas desde la cama..."

Precioso, pero eso si las ves, porque yo tengo una miopía que ni el mismísimo rompetechos y cuando me meto en la cama sin mis lentillas lo más que alcanzo a ver es la maneta de la ventana. Ay, si es que dios sigue empeñado en dar pan a quien no tiene dientes...

lou