martes, 24 de abril de 2007

Sant Jordi'07


Aunque no te des cuenta me regalas una rosa cada día.
lou


jueves, 19 de abril de 2007

Suma y sigue


Ho haveu vist?????!!!!


Que ya casi llegamos a los 1000 visitantes!!!!


Se va abé un foshón que no sabe ni aaaande sa metío!!!


lou

sábado, 14 de abril de 2007

La publicidad ya no vende

Mucho se habla últimamente de las técnicas arriesgadas y provocadoras de los publicistas. También se dice que han tenido que llegar a este extremo porque el colapso de imágenes ha llevado a los consumidores a la más absoluta indiferencia. ¿Acaso no se dan cuenta de que los únicos culpables de dicha saturación gráfica son ellos mismos? ¿De verdad creían que nos íbamos a tragar la interminable retahíla de anuncios que nos cuelan en cada pausa publicitaria? Es más, está demostrado que aunque nos quedáramos apalancados en el sofá en lugar de planchar toda una colada o fregar los platos de la cena no retendríamos más de 4 anuncios (de los cuales nos podemos haber quedado con la marca o no). Por eso últimamente abundan tanto esas pausas con el relojito que indica 30 segundos, porque por 30 segundos sí te quedas y sí ves el anuncio en cuestión.
Todo empezó con el estilo de anuncio de cuando éramos niños, se centraba en el producto, en sus características, su precio, su calidad. Más tarde esto ya no bastaba, y se añadió a los anuncios un punto ingenioso. Ya no se vendía un producto, se vendía una historia, una anécdota, un chiste o una tragedia, algo que "enganchara". Se ha llegado incluso al punto de que ni siquiera se nombran las características que diferencian a un producto de los demás. Y para muestra un botón, ¿a quién le importa la potencia o el sistema de seguridad de este vehículo sabiendo que puede almacenar 7.500 canciones?



Y ahora entramos en una nueva fase en la que se diferencian dos tendencias: una nos anuncia el anuncio, es decir, nos informa de que tal día se conocerá lo nuevo de tal marca o de tal otra (a través de un anuncio, claro). La otra tendencia aboga por destacar como sea, incluso utilizando técnicas políticamente incorrectas, o por lo menos discutibles. Y si ni siquiera aparece el producto anunciado y es el espectador el que debe investigar por su cuenta, mejor. Ved sinó este otro anuncio, no tengo ni idea de lo que pretende vender pero os aseguro que no tiene desperdicio. Lo más fuerte es que hay hombres que se han creído eso de que alquilan esposas, ¡acabáramos!



Por último terminaré diciendo que me encantaría pensar que algún día el "fracaso" de la publicidad se deberá a un desarrollo crítico de la opinión de los individuos que permita frenar la ansiedad consumista que nos invade. Preguntaos esto: si algo viejo os funciona, ¿por qué lo cambiáis por un nuevo objeto que tiene exactamente la misma funcionalidad? Un buen libro para encontrar respuesta es 13,99, de Frédéric Beigbeder, si lo leéis ya no veréis el mundo con los mismos ojos.

Y todo esto lo digo yo que estudio diseño gráfico y que disfruto analizando cada detalle de la publicidad que nos rodea.

lou

jueves, 12 de abril de 2007

"Ten cuidado con lo que sueñas,
porque podría hacerse realidad".

(Proverbio chino)

O lo que es lo mismo, ¿no os ha pasado nunca que deseáis algo muchísimo y cuando lo conseguís os dáis cuenta de que es más una carga que un alivio? Qué cosas...

lou

lunes, 2 de abril de 2007

¿Sed bienvenidos a la casa del Señor?

Mi amiga de la infancia quiere casarse el año que viene. Hasta aquí todo normal. Ella es española y él italiano, y en principio pensaron casarse en un monumento gótico único en Europa por su claustro, el de mi ciudad natal. ¿Problema? El ayuntamiento les "cede" el monumento para el día de su boda, pero el sacerdote deben buscarlo ellos. Y digo problema porque ninguno de los sacerdotes de mi ciudad con los que han hablado parece dispuesto a compartir el oficio de la ceremonia con un colega italiano para que la familia del novio la entienda. Por favor, ¡demasiado trabajo para un domingo (el día del Señor) compartir las tareas con un sirviente de Dios estranjero!
Más tarde, por esas casualidades de la vida, encontraron un lugar precioso cerca del lugar donde se conocieron hace casi 8 años para celebrar el convite. Como ese sitio está un poco alejado de mi ciudad, decidieron prescindir de la ceremonia en el monumento y buscar alguna iglesia cercana al lugar del convite. Encontraron una ermita, pero cuál fue su sorpresa cuando el párroco se negó a casarlos porque no estaban empadronados en dicha localidad. ¿Pero dónde queda eso de que todo el mundo es bienvenido a la casa del Señor?
Mis amigos no desistieron y decidieron buscar otra iglesia, la encontraron, localizaron al sacerdote, y mira tú por donde, cómo él es italiano sólo los casará si recibe una comunicación del obispado obligándole a ello (palabras textuales). En qué quedamos, ¿"semo uropeo o no"?
Es muy posible que una vez tengan todos los papeles el susodicho sacerdote "se vea obligado" a casarlos, pero ¿quién querría que le casara un hombre con menos ganas y salero que Montilla?
A todo esto les queda una última opción: celebrar la ceremonia en la pequeña ermita del lugar del convite. El problema, de nuevo, el sacerdote deben buscarlo ellos. El problema añadido, la ermita no está consagrada. Si algunos sacerdotes ya se han negado a oficiar una boda en su propia iglesia, ¿quién accederá a hacerlo en un lugar no consagrado, lo que para ellos seguro que sería lo mismo que hacerlo en una gasolinera o en un McDonalds?

Orgullosos y agradecidos deberían estar por que en los tiempos de desencanto religioso que corren una pareja joven y enamorada quiera unir sus almas para siempre en la casa de su Dios, sí, ese cuyo hijo predicaba que a la casa de su Padre todos eran bienvenidos. Y que conste que no pretendo generalizar, menos aún cuando estudié en un colegio de monjas (no sirvió de mucho, je, je), a través de las cuales conocí a algunos sacerdotes realmente admirables e intachables en su labor.

lou