Se ha convocado una acción de reconciliación con nuestra madre tierra para este jueves día 15 a las 20:00 horas. La propuesta consiste en apagar todas las luces como medida de concienciación acerca del famosísimo e informativamente explotadísimo cambio climático*. No es que me parezca mal, todas las iniciativas con buen fondo son positivas, pero lo primero que me ha venido a la cabeza es pensar cuántos de los que se sumarán a esta propuesta dejan habitualmente luces innecesarias encendidas, no cierran el grifo mientras se lavan los dientes (Carolina sé que tú lo haces, mu mal! ;)) o ponen lavadoras a media carga. O peor aún, cuántos de los que se sumarán a esta propuesta seguirán actuando del mismo modo al día siguiente. Si todos cambiáramos mínimamente nuestras acciones cotidianas no tendríamos por qué hacer las paces con el planeta, porque no habría motivo para que el planeta estuviera disgustado con nosotros. Si estuviera en mi mano, y ya se que sonará muy radical, las acciones a tomar serían, por un lado, aumentar considerablemente la factura del agua y la electricidad, puesto que su valor real es mucho mayor que el que pagamos: tener agua y luz no es un derecho, es un privilegio, y como tal hay que valorarlos. Otra de las medidas sería restringir el abastecimiento de agua y electricidad a determinadas horas de un par de días al mes, tal vez sin previo aviso, sólo para que nos diéramos cuenta de que somos nosotros los que necesitamos de la tierra y no al revés. El planeta se basta y se sobra muy bien sin nosotros.
lou
*Si queréis más información sobre el tema, os recomiendo el libro de Bill Bryson "Una breve historia de casi todo", donde se comenta otra de las tendencias científicas sobre el cambio climático que afirma que la mayor consecuencia no será el calentamiento global, sino otra edad de hielo.
